Hoy os quiero traer un artículo algo diferente a los que habitualmente comparto con vosotros. En vez de abordar posibles acciones a llevar a cabo para mejorar la eficiencia energética o la eficiencia operativa de nuestra empresa, me gustaría hacer una reflexión sobre la situación en la que nos encontramos y el camino que llevan las energías renovables.

En este sentido he sido testigo de la transformación constante en el campo de las energías renovables, el cual ha ido evolucionado desde sus inicios hasta convertirse en una parte fundamental de nuestro futuro energético. En el momento actual se pueden destacar, como las tendencias más relevantes en este ámbito:

  1. Energía solar fotovoltaica

Gran estrella y la más conocida, la energía solar fotovoltaica ha avanzado significativamente en las últimas décadas. Las células solares son más eficientes y asequibles que nunca. Además, estamos viendo una mayor integración de la energía solar en la infraestructura urbana. Los paneles solares en edificios, carreteras y parques de estacionamiento son ejemplos de esta tendencia. La próxima frontera es la integración de almacenamiento para aprovechar la energía solar incluso durante la noche.

  1. Energía eólica offshore

Todos somos conocedores de los parques eólicos que hay en tierra firme, situados en zonas donde se dan fuertes rachas de viento, pero esta tecnología ha dado un paso más hacia adelante. Los nuevos parques eólicos, situados en alta mar, están ganando terreno. Las turbinas eólicas en el mar aprovechan vientos más constantes y fuertes que los que se dan en tierra, lo que aumenta la producción de energía. Además, a fecha, existe una tecnología de cimentación flotante que permite la instalación de estas infraestructuras en aguas profundas. Si a todo esto le añadimos la optimización de la logística y la reducción de costos de mantenimiento nos encontramos a que este tipo de instalaciones poseen un potencial enorme, siendo el enfoque y planificación de las mismas áreas clave dentro del ámbito de las energías renovables.

  1. Almacenamiento de energía

El almacenamiento de energía es esencial para la estabilidad de las redes eléctricas. Las baterías de iones de litio han dominado el mercado, pero estamos viendo avances en tecnologías como las baterías de flujo, las baterías de estado sólido y el almacenamiento térmico. La capacidad de almacenar energía de manera eficiente y a gran escala es crucial para la transición hacia estos nuevos sistemas energéticos, más sostenibles y, en muchos casos, más eficientes.

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  1. Electrificación del transporte

La movilidad eléctrica está en auge. Los vehículos eléctricos (VE) se están volviendo más accesibles y populares. Además, la infraestructura de carga está creciendo rápidamente. Hace poco tuve la oportunidad conocer, de primera mano, un nuevo tipo de vehículo comercial con una garantía de seis (6) años, ampliable a diez (10) que, sin ser puro eléctrico, dispone de tracción exclusiva eléctrica y un motor Wankel (rotary engine) de apoyo, integrado con el generador, formando un paquete único con el motor eléctrico. ¿Por qué no aprovechar lo bueno de todas las tecnologías y energías, limpias y convencionales?

  1. Hidrógeno verde

El hidrógeno verde, producido a partir de energía renovable, está emergiendo como una alternativa limpia. Se puede utilizar en aplicaciones industriales, transporte, etc., pudiéndose obtener mediante varias tecnologías: B2H_SOFC (biogás), NH3_SOFC y NH3_PEMFC (amoniaco) y H2O_PV (agua). Queda por resolver como distribuirlo y almacenarlo, pues hacerlo a base de “presión” o en forma de hidruros metálicos no es eficiente.

  1. Edificios inteligentes y microredes

La digitalización está transformando la gestión energética en edificios. Los sistemas de automatización y control permiten la optimización de la demanda, la gestión de la generación local y la interacción con la red principal, algo de lo que ya hemos hablado en otros artículos de eficiencia operativa. Por otro lado, estarían las microredes, que combinan fuentes renovables y almacenamiento, y que se convierten en la solución óptima para cubrir las necesidades de comunicación y digitalización comunidades aisladas o críticas.

  1. Integración de la internet de las cosas (IoT)

Sensores, medidores inteligentes y análisis de datos están revolucionando la eficiencia energética. La IoT nos permite monitorear y controlar equipos en tiempo real. Desde la gestión de la iluminación hasta la predicción de fallas en maquinaria, la integración de la IoT es una tendencia que debemos seguir de cerca, pues nos puede traer grandes beneficios, y ahorros, en todo lo referente al control y gestión inteligente de los equipos, en especial dentro de las empresas.

En resumen, debemos estar al tanto de estas tendencias y adaptarnos a un mundo en constante cambio. La combinación de tecnologías renovables, almacenamiento inteligente y digitalización nos llevará hacia un futuro energético más limpio y sostenible.

¡Sigamos construyendo un mundo mejor!